Desde
un ámbito epistémico, la relación entre sujeto y objeto se encuentra supeditada
en la capacidad de percepción de la realidad y, la configuración o la
manipulación que damos de está, es decir, el sujeto debe poseer conceptos para
poder plantear juicios o disertaciones de lo que conoce como objeto.
La tesis
central que nos permite reconocer está relación, es que el sujeto se encuentra
inmerso en la realidad que lo compone en su totalidad, debido a que ha sido está
la que se le presentó como objeto, partiendo de la premisa, de que el hombre es
lo que conoce.
Vinculando
a Kant como fuente principal para entender está disertación debemos mencionar,
que el sujeto posee una conciencia entendida como la principal capacidad, no
solo para plantear críticas de la realidad, sino también para generar conceptos
de este conocimiento, es decir, el sujeto posee la capacidad de conocer todos
los objetos que ha podido nombrar o teorizar.
“Es
evidente que los términos. Así, sujeto puede referirse tanto al individuo
particular como a determinaciones generales, según el leguaje de los prolegómenos, de Kant: la conciencia en
general“(Sobre sujeto y objeto, Theodoro Adorno, pág. 1, paf 1).
El
ser es, el no ser no es, una premisa factible de ser interpretada como la
acentuación de que las cosas son lo que son o lo que el hombre ha sido capaz de
plasmar en ellas, debemos entonces reconocer que nos encontramos presentando
una dicotomía entre, Conciencia y Racionalidad, debido a que el sujeto es un
ser que conoce históricamente los objetos. “Para Hegel, el pensamiento de los
hombres avanzaba dialécticamente, del mismo modo que la realidad“(La dialéctica
hegeliana, pág. 178, paf 1).
Conocer
lo que conocemos ha sido un hecho centralmente práctico de la subjetivación de
la realidad, pero no podemos obviar la teoría como implantación conceptual para
tener la capacidad de hilar todo lo que se nos presenta como objeto. Cabe
entonces mencionar que los hechos históricos de los cuales es participe el
sujeto, son fenómenos trascendentales, capaces de generar una diferente
interpretación dialéctica, destacando la concepción épocal, como una principal
aceptación de una conciencia lógica y demostrativa.
Por
consiguiente, entendemos que está relación entre sujeto y objeto se encuentra
altamente vinculada con la teoría del conocimiento, es decir, que el hombre percibe
e interpreta, lo que el medio le ha brindado a través de una sistematización
comunicativa entre estos dos.
“Esta
contradicción de la separación entre sujeto y objeto se comunica a la teoría
del conocimiento“(Sobre sujeto y objeto, Theodoro Adorno, pág. 1, paf 1).
Por
este momento cabe concluir que el objeto, ha sido esa capacidad de lectura
comunicativa del mundo exterior que el sujeto ha podido comprender a través del
conocimiento, teniendo en cuenta todo su entorno histórico. Ejemplificando más
esta interpretación podría mencionar,
algunas de las principales concepciones acerca está dicotomía.
En
la antigüedad con Platón, la dicotomía entre sujeto y objeto se encontraba
vinculada con el Mito de La caverna. En la edad media era de carácter
demostrativo y de verdades universales, su principio es: las cosas son lo que
son o lo que el hombre ha podido plasmar en ellas. En la modernidad con
Descartes y sus meditaciones metafísicas.
Descartes y sus meditaciones metafísicas.
Después
de haber hablado sobre, sujeto y el objeto, y su forma de cocimiento de mundo
exterior, empezamos a identificar la escisión que opera en la oposición teoría
y práctica.
En
el principio de la humanidad, la practica jugó un papel muy importante en la
aprehensión de los objetos y de su funcionalidad, este resultado formo una
teoría denominada como concepto, y gracias a ella se formaron algunas críticas
importantes y principales formas de conocimiento, es decir, gracias al ensayo y
error como estrategia racional, se formaron diferentes formas de percepción
entre objeto y sujeto.
“Hasta
qué punto la cuestión relativa a teoría
y praxis depende de la relativa a sujeto y objeto lo prueba una simple
reflexión histórica. Al mismo tiempo que la doctrina cartesiana de las sustancias
ratificaba la dicotomía, de sujeto y objeto, por primera vez la praxis era
presentada, en la poesía, como problemática en virtud de su desavenencia con la
reflexión“(Notas marginales sobre teoría y praxis, Theodoro Adorno, pág 164,
paf 1).
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