lunes, 7 de noviembre de 2011

Sujeto y Objeto


Desde un ámbito epistémico, la relación entre sujeto y objeto se encuentra supeditada en la capacidad de percepción de la realidad y, la configuración o la manipulación que damos de está, es decir, el sujeto debe poseer conceptos para poder plantear juicios o disertaciones de lo que conoce como objeto.
La tesis central que nos permite reconocer está relación, es que el sujeto se encuentra inmerso en la realidad que lo compone en su totalidad, debido a que ha sido está la que se le presentó como objeto, partiendo de la premisa, de que el hombre es lo que conoce.
Vinculando a Kant como fuente principal para entender está disertación debemos mencionar, que el sujeto posee una conciencia entendida como la principal capacidad, no solo para plantear críticas de la realidad, sino también para generar conceptos de este conocimiento, es decir, el sujeto posee la capacidad de conocer todos los objetos que ha podido nombrar o teorizar.
“Es evidente que los términos. Así, sujeto puede referirse tanto al individuo particular como a determinaciones generales, según el leguaje de los prolegómenos, de Kant: la conciencia en general“(Sobre sujeto y objeto, Theodoro Adorno, pág. 1, paf 1).
El ser es, el no ser no es, una premisa factible de ser interpretada como la acentuación de que las cosas son lo que son o lo que el hombre ha sido capaz de plasmar en ellas, debemos entonces reconocer que nos encontramos presentando una dicotomía entre, Conciencia y Racionalidad, debido a que el sujeto es un ser que conoce históricamente los objetos. “Para Hegel, el pensamiento de los hombres avanzaba dialécticamente, del mismo modo que la realidad“(La dialéctica hegeliana, pág. 178, paf 1).
Conocer lo que conocemos ha sido un hecho centralmente práctico de la subjetivación de la realidad, pero no podemos obviar la teoría como implantación conceptual para tener la capacidad de hilar todo lo que se nos presenta como objeto. Cabe entonces mencionar que los hechos históricos de los cuales es participe el sujeto, son fenómenos trascendentales, capaces de generar una diferente interpretación dialéctica, destacando la concepción épocal, como una principal aceptación de una conciencia lógica y demostrativa.
Por consiguiente, entendemos que está relación entre sujeto y objeto se encuentra altamente vinculada con la teoría del conocimiento, es decir, que el hombre percibe e interpreta, lo que el medio le ha brindado a través de una sistematización comunicativa entre estos dos.
“Esta contradicción de la separación entre sujeto y objeto se comunica a la teoría del conocimiento“(Sobre sujeto y objeto, Theodoro Adorno, pág. 1, paf 1).
Por este momento cabe concluir que el objeto, ha sido esa capacidad de lectura comunicativa del mundo exterior que el sujeto ha podido comprender a través del conocimiento, teniendo en cuenta todo su entorno histórico. Ejemplificando más esta interpretación  podría mencionar, algunas de las principales concepciones acerca está dicotomía.
En la antigüedad con Platón, la dicotomía entre sujeto y objeto se encontraba vinculada con el Mito de La caverna. En la edad media era de carácter demostrativo y de verdades universales, su principio es: las cosas son lo que son o lo que el hombre ha podido plasmar en ellas. En la modernidad con
Descartes y sus meditaciones metafísicas.
Después de haber hablado sobre, sujeto y el objeto, y su forma de cocimiento de mundo exterior, empezamos a identificar la escisión que opera en la oposición teoría y práctica.
En el principio de la humanidad, la practica jugó un papel muy importante en la aprehensión de los objetos y de su funcionalidad, este resultado formo una teoría denominada como concepto, y gracias a ella se formaron algunas críticas importantes y principales formas de conocimiento, es decir, gracias al ensayo y error como estrategia racional, se formaron diferentes formas de percepción entre objeto y sujeto.
“Hasta qué punto la cuestión relativa a teoría  y praxis depende de la relativa a sujeto y objeto lo prueba una simple reflexión histórica. Al mismo tiempo que la doctrina cartesiana de las sustancias ratificaba la dicotomía, de sujeto y objeto, por primera vez la praxis era presentada, en la poesía, como problemática en virtud de su desavenencia con la reflexión“(Notas marginales sobre teoría y praxis, Theodoro Adorno, pág 164, paf 1).

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